Nicolás II de Rusia (Никола́й Алекса́ндрович Рома́нов)

Nicolás II de Rusia fue el último zar de Rusia, cuyo reinado terminó con la Revolución de 1917.

Nicolás se convirtió en zarévich tras el asesinato de su abuelo Alejandro II el 13 de marzo de 1881 y el posterior ascenso al trono de su padre, Alejandro III. Nicolás II al momento de asumir el gobierno en 1894 no ostentaba la fuerte personalidad de su padre, ni la preparación mínima requerida para una Rusia convulsionada, con conflictos latentes y que ocupaba una arista preponderante en el ámbito internacional, esta situación de falta de dominio en la política acabó por llevar al caos a la Rusia Imperial.

Poco después de su coronación, el 26 del mismo mes, contrajo nupcias con Alix de Hesse, quien había tomado el nombre de Alejandra Fiódorovna Románova al convertirse a la ortodoxia.

Como la relación entre Nicolás y Alix era un verdadero ideal de amor y devoción mutuos, fue la Emperatriz quien aconsejó a Nicolás desde los primeros momentos, que tomara las riendas firmes del poder y fortaleciera su carácter bondadoso y caballeresco del que se aprovechaban a menudo sus parientes.

De ella tendría cuatro hijas: las grandes duquesas Olga, Tatiana, María, Anastasia y, al final, el tan anhelado heredero, el Zarévich Alekséi.

En general siguió la política autocrática de su antecesor, si bien parece haber mostrado escaso interés y nulas aptitudes para las tareas de gobierno. Por incapacidad o por debilidad, cayó bajo la influencia de la zarina Alejandra Fiódorovna y de su consejero Rasputín.

Rusia tuvo un proceso de industrialización acelerada que permitió entrar en la era moderna, pero que también hizo surgir importantes núcleos obreros en forma de sindicatos. La actividad revolucionaria clandestina, la cual cobró un inusitado ímpetu bajo su abuelo y su padre, seguía acelerándose durante su régimen, culminando con la Revolución de 1905 y posteriormente la Revolución de Febrero de 1917 que abolió la monarquía.

La Revolución de Febrero de 1917 puso fin a su reinado cuando, intentando volver del cuartel general a la capital, su tren fue detenido en Dno, gubérniya de Pskov, y fue obligado a abdicar.

Fue confinado junto con el resto de la familia real en la localidad de Ekaterimburgo (actual Sverdlovsk), en los Urales. El zar fue ejecutado junto con toda su familia, por decisión del Sóviet del Ural el 17 de julio de 1918.

En 1981, la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio canonizó a los integrantes de la familia Románov, una decisión refrendada en agosto de 2000 por el sínodo de la Ortodoxia Rusa. Desde 1998 sus restos reposan en la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo.

Fuentes: Wikipedia/Biografías y vidas

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