Las válenki son las típicas botas rusas, hechas de fieltro. Para muchos no existe nada más cómodo y que caliente mejor durante los duros inviernos rusos que estas botas de lana. Lo que más se valora de los válenki es que están hechos sin una sola costura, son una sola pieza y gracias a eso resultan suaves y cómodos para el pie. Solo tienen una desventaja bastante problemática: los válenki calan, por eso suele ponerse calzado de goma sobre ellos.
Antiguamente los válenki eran un objeto caro, razón por la cual los más ricos eran los únicos que podían permitirse tal lujo. La familia de campesinos en la que cada miembro tenía un par de válenki se consideraba adinerada. Durante la Gran Guerra Patria (1941-1945) más de 100 millones de pares de válenki fueron enviados al frente. Este elemento del uniforme militar ruso desempeñó un papel muy importante en la derrota del fascismo. La fabricación de válenki es un proceso que requiere mucha paciencia y tiempo. A día de hoy el 60 % del trabajo continúa haciéndose a mano. En la actualidad se producen más de cuatro millones de estas botasen Rusia anualmente. Algunos de ellos incluso los hacen los diseñadores conforme a las últimas tendencias de moda y se pueden encontrar en los vestuarios de elegantes mujeres urbanas. Pero los consumidores más importantes de este calzado siguen siendo los habitantes de las poblaciones rurales, así como casi todos los trabajadores del petróleo, gas y ferrocarril.
Desde el siglo XIX, en la tradición musical popular de Rusia se han compuesto diversas canciones de origen gitano que resaltan la vida cotidiana del campesinado. Una de las más conocidas desde inicios del siglo XX, gracias a las grabaciones de cantantes populares como Nina Dulkiévich o Lidia Ruslánova, es “Válienki”, el nombre ruso para las botas de fieltro. Su forma singular es valiénok, sustantivo masculino. En la jerga coloquial, un valiénok es también una persona sencilla. Estas prendas, tan comunes durante el invierno en Rusia desde tiempos inmemoriales, son ideales para caminar sobre la nieve sin problemas. Generalmente son botas cortas, que cubren apenas los pies y los tobillos. Suelen fabricarse en colores oscuros pero también en blanco. Es tradición que las mejores válienki son las que se fabrican en las provincias de Nizhni Nóvgorod, Kostromá y Yaroslavl. La ciudad de Moscú alberga un museo de los válienki, prueba de la importancia de este calzado en la vida cotidiana de la población rusa.
(Autor: Rainer Matos)