Rostov del Don es un importante centro comercial, industrial y de transporte. Se comunica con el mar de Azov por un profundo canal, y con los mares Caspio, Báltico y Blanco por medio del canal Volga-Don. Además, un oleoducto une la ciudad con los campos de petróleo del Cáucaso.
El río Don que da nombre a la ciudad, es una de las principales vías de transporte marítimo que conecta el suroeste de Rusia con las regiones al norte.
Esta ciudad ha tenido una gran importancia comercial y cultural desde la antigüedad, ya que aquí se había establecido la colonia griega de Tanais, luego pasó a ser parte de la fortaleza genovesa Tana, y más adelante de la fortaleza turca Azov.
Como la ciudad más industrializada del sur de Rusia, durante la Guerra Civil Rusa fue un punto de discordia entre los mencheviques y los bolcheviques. En 1928, el gobierno regional se trasladó de la antigua capital de los cosacos Novocherkask a Rostov del Don, que se anexionó la cercana ciudad armenia de Nor Najicheván.
En el época soviética, los bolcheviques demolieron dos de los principales monumentos de Rostov, la Catedral de Alejandro Nevsky (1908) y la Catedral de San Jorge en Najicheván (1783-1807). Durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la ciudad quedó reducida a escombros por las fuerzas alemanas que la ocuparon en dos ocasiones, en 1941 y 1942. Hoy en día, el monumento más característico de la ciudad es la enorme Catedral de la Virgen de la Natividad (1860-87), diseñada por Konstantín Ton.
Rostov del Don posee numerosas universidades e institutos de enseñanza superior, así como una Alianza Francesa, un Consejo Británico, tres organismos alemanes, Goethe, DAAD y la Fundación Bosch y un centro de investigaciones estadounidense en su biblioteca pública.
En 2018 Rostov del Don acogió varios partidos de la Copa Mundial de Fútbol celebrada en Rusia.