La kasha es un plato tradicional ruso de los cereales parecido a las gachas en la cocina española. En la antigua Rusia este plato era una comida ritual.
Esta tradición procede de los arios como queda atestiguado por los usos que le dieron diversos descendientes de estos pueblos. Por ejemplo, en la India, donde, de acuerdo con textos sagrados antiguos hindúes, se hacían ofrendas de gachas de cebada al dios del ganado; o en la antigua Roma, donde este plato se ofrecía a los dioses cuando nacía un niño.
En Rusia la kasha acompañaba a la persona durante toda su vida. Diferentes recetas se preparaban para el día del nacimiento, el día del bautizo, para todo tipo de fiestas religiosas, para la boda, y por fin, para el funeral. Con el tiempo las gachas rusas casi perdieron su significado sagrado y se convirtieron en uno de los platos más extendidos, no solamente entre los pobres, sino también entre la nobleza. Por ejemplo, la kasha de cebada era uno de los platos favoritos del emperador ruso Pedro el Grande.
La kasha pasó a ser el plato que los rusos suelen comer en el desayuno, forma parte de la dieta de la gente que cuida de su salud, y es imprescindible para la alimentación de los niños pequeños. Además de ser saludable, es un plato accesible para todos y además, fácil de hacer.
La kasha puede ser de sémola, de mijo, de alforfón, de cebada, de cebada perlada, de lenteja, de arroz, de arveja, de avena y entre otros.