Ekaterimburgo es la capital administrativa de la provincia de Sverdlovsk y de la Región Federal de los Urales, considerada la frontera natural entre Europa y Asia.
La ciudad fue fundada en 1723 por el primer emperador de Rusia, Pedro I, y la bautizó en honor a su esposa, Catalina (Yekaterina). La metrópoli se forjó como centro metalúrgico del país. Se ubica en las orillas del río Iset y es el lugar en que vivió el último emperador, Nicolás II.
De 1924 a 1991, la ciudad tuvo el nombre de “Sverdlovsk”, en honor a Yakov Sverdlov, político y revolucionario bolchevique.
Ekaterimburgo es un sitio donde conviven edificios modernos junto a edificios de los siglos XVIII y XIX, así como de la época soviética. Sin embargo, dos puntos turísticos principales son la estela simbólica que representa la frontera entre Europa y Asia (en el kilómetro 17 de la carretera de Moscú) y la Colina de la Asención, lugar donde se asesinó a la familia real de los Románov.
En Ekaterimburgo hay más de 50 museos. Un objeto de especial valor es el Gran Ídolo de Shiguir, la escultura de madera más antigua del mundo, que se remonta 5000 años antes de que se construyeran las pirámides egipcias. La literatura rusa es una de las más veneradas del mundo, por lo que el Museo Unido de los Escritores de los Urales es un sitio que merece la pena visitar.
Ekaterimburgo es la tercera ciudad de Rusia que más teatros tiene, después de Moscú y San Petersburgo. En el centro de la ciudad se encuentra el Teatro Nacional de Ópera y Ballet, construido en estilo barroco, y es de los más antiguos en Rusia.
Un punto iconico de Ekaterimburgo es la Plaza Histórica. Aquí, durante los años 1721-1723 se fundaron plantas mecánicas, de cobre, de fundición de hierro y siderúrgicas. En los años 70 se enterró allí una “cápsula del tiempo” que se abrirá en 2023, el día del 300º aniversario de la ciudad.