Anna Pavlova es un referente del ballet clásico ruso, quien realizó su debut a principios del siglo XX y cambió la historia de esta disciplina para siempre. Nació en San Petersburgo en el seno de una familia campesina de bajos recursos. Su vocación por la danza nació a partir del día en que su madre la llevó a ver el ballet de “La Bella Durmiente” cuando tenía ocho años, y desde entonces no tuvo más que un anhelo: ingresar a la escuela de danza
Inició sus estudios en 1891, a la edad de diez años, en la Escuela de Ballet del Teatro Marinsky de San Petersburgo con Pavel Gerdt, Christian Johansson y Eugenia Sokolova. Debutó en la compañía el 1 de julio de 1899 con La Virgen Vestal.
Después de varias giras por Londres, Nueva York, Praga y Berlín con Mikahil Mordkin como partenaire, Anna Pavlova, aún ligada al Teatro Marinsky, formó su propia compañía en 1910. El grupo, formado por tan sólo ocho bailarines en un principio, fue ampliado en 1913 para realizar una gira por toda América. Harcourt Algenaroff, Hilda Butsova, Laurent Novikoff, Ruth Page, Pierre Vladimirov y Alexander Volinine fueron algunos de sus colaboradores.
En 1919, durante una gira por México, Pávlova fue una de las primeras bailarinas clásicas en ejecutar el Jarabe Tapatío, vestida con la indumentaria de china poblana.
Su número más famoso fue La muerte del cisne, coreografiado para ella por Michel Fokine, con música de Camille Saint-Saëns, estrenada en 1905 en San Petersburgo y presentada en el Metropolitan Opera House de Nueva York cinco años más tarde . Otras interpretaciones en las que destacó fueron El lago de los cisnes, Giselle, Las Sílfides y Coppélia.
De acuerdo con la tradición del ballet, en el día que ella tenía que actuar después, el espectáculo fue programado, con un solo proyector que iluminaba el escenario vacío donde debería estar la bailarina.
Anna Pávlova falleció de pleuresía en La Haya, Países Bajos, pocos días antes de cumplir 50 años, mientras estaba de gira. Su último deseo fue que le pusiesen su traje para La muerte del cisne, y sus últimas palabras fueron: “Tocad aquel último compás muy suavemente“.
Fuentes: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pavlova.htm